Más de un centenar de personas tiznadas y empapadas perpetúan el recuerdo a los carboneros en las fiestas de San Bartolomé
Alejandro Marichal: “Mantener vivo este acto es mantener vivas nuestras
raíces, nuestra historia y el orgullo de ser parte de esta tierra”.
Yilenia Vega: “Esta tradición es el homenaje que rendimos a los hombres y
mujeres que, con esfuerzo y sacrificio, forjaron parte de la identidad de
Tirajana”.
La Villa de San Bartolomé de Tirajana volvió a rendir homenaje a una de las tradiciones más
queridas y representativas de sus fiestas patronales: la Bajada del Carbonero, que en esta edición
cumplió su 25 aniversario.
El acto, convertido ya en uno de los momentos clásicos del programa festivo en honor al patrón,
congregó a cientos de personas que acompañaron la evocación de uno de los oficios más duros y a la
vez más identitarios de los tirajaneros. La comitiva partió desde la Plaza del Carbonero,
descendiendo hasta el casco de Tunte, en un recorrido marcado por el tizne, la música y la
complicidad de vecinos y visitantes que mantuvieron viva la memoria de los antiguos carboneros.
La celebración contó con la participación especial de la Banda de Agaete, que con su inconfundible
sonido acompañó a los participantes a lo largo de todo el trayecto. Junto a ellos, los tradicionales
papagüevos y la alegría de los asistentes embadurnados de hollín recordaron con respeto y diversión
a quienes dedicaron su vida a un oficio que durante siglos sostuvo a numerosas familias de la
comarca.
El recorrido, que atravesó las principales calles del casco histórico de Tunte, estuvo salpicado de
momentos de convivencia popular, con la participación de los vecinos que, desde azoteas y balcones,
refrescaron a los carboneros con agua, sumando así el calor festivo al recuerdo de una labor que
marcó la historia local.
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La llegada al pueblo culminó en un ambiente de júbilo, donde la tradición se fusionó con la fiesta. La
noche continuó con una multitudinaria verbena popular, animada por las actuaciones de D’Music y
Armonía Show que mantuvieron viva la celebración hasta bien entrada la madrugada.
La concejala de Festejos y Eventos, Yilenia Vega, destacó la importancia de mantener viva esta cita:
“La Bajada del Carbonero es mucho más que un acto festivo. Es el reflejo de nuestra memoria
colectiva y el homenaje que rendimos a los hombres y mujeres que, con esfuerzo y sacrificio,
forjaron parte de la identidad de Tirajana”.
Por su parte, el primer teniente de alcalde, Alejandro Marichal, subrayó que este 25 aniversario
supone “un reconocimiento a nuestros antepasados y a un oficio que, con sacrificio y esfuerzo,
sostuvo durante siglos a las familias tirajaneras. Mantener vivo este acto es mantener vivas nuestras
raíces, nuestra historia y el orgullo de ser parte de esta tierra”.
Con este 25 aniversario, la Bajada del Carbonero se consolida como un patrimonio cultural y popular
que une generaciones en torno al recuerdo de un oficio que ya forma parte inseparable de la historia
del municipio.
